Volodomir Zelensky presidente de Ucrania (FOTO: Quisqueya) |
El Grupo Wagner, una milicia privada dirigida por uno de los aliados más cercanos del presidente Putin y que funciona como una rama del Estado, trajo mercenarios desde África hace cinco semanas con la misión de decapitar el gobierno de Zelensky a cambio de una jugosa bonificación económica.
El grupo de comando sabrían básicamente donde estaría el presidente por medio del teléfono celular y la ubicación que podría brindar aparatos tecnológicos, pero la lista no acaba en su persona sino que también irían en busca de 23 personas más los cuáles serían: el gabinete presidencial y al alcalde de Kiev junto a su hermano ambos ex campeones de boxeo.
Putin parece confiar más en estas fuerzas que sus propia milicia militar para conocer desde más de cerca lo que estaría haciendo el presidente y la lista negra ya hecha ante la confirmación del Kremlin.
Son muy eficaces porque son difíciles de localizar. Pueden aparecer de entre las sombras, hacer cosas muy violentas y volver a desaparecer, sin que sea evidente quién fue el responsable. No están directamente vinculados al gobierno ruso y, por tanto, son plausiblemente negables.