
Un excirujano francés, Joël Le Scouarnec, de 74 años, está siendo juzgado en Vannes, Francia, por 111 acusaciones de violación y 189 de agresión sexual a menores, crímenes cometidos entre 1989 y 2014. La magnitud del caso ha conmocionado a Francia y ha atraído la atención internacional.
Le Scouarnec ha admitido su responsabilidad en la mayoría de los hechos. Su abogado, Maxime Tessier, ha declarado que el acusado no busca evadir las consecuencias de sus actos. El juicio, que se espera dure cuatro meses, culminará con el veredicto el 6 de junio.
El horror en los diarios de Le Scouarnec
La policía descubrió la magnitud de los abusos gracias a los detallados diarios que Le Scouarnec mantenía. En ellos, registraba meticulosamente los nombres, edades y direcciones de sus víctimas, junto con descripciones de los abusos. Además de los diarios, se encontraron más de 300.000 imágenes de pornografía infantil en su domicilio.
Entre las 299 víctimas identificadas, 256 eran menores de 15 años. La edad promedio de las víctimas era de 11 años, pero los casos incluyen la violación de un bebé de un año y la agresión sexual a un paciente de 70 años. La mayoría de los abusos ocurrieron mientras Le Scouarnec ejercía como médico, aprovechándose de su posición de poder y confianza.
Un prontuario criminal que precede al juicio actual
Este no es el primer encuentro de Le Scouarnec con la justicia. En 2020, fue condenado a 15 años de prisión por delitos similares contra cuatro menores, incluyendo dos de sus sobrinas. Anteriormente, en 2005, recibió una condena de cuatro meses de prisión con suspensión de la pena por posesión de pornografía infantil.
Las víctimas buscan justicia y reparación
Las víctimas, que siguen el juicio desde una sala anexa y solo testifican en la sala principal, esperan que el proceso les brinde justicia y reconocimiento del daño sufrido. Su abogada, Marie Grimaud, ha expresado que buscan "recuperar un poco de dignidad, humanidad y sobre todo consideración por parte de la justicia".
El caso ha generado indignación pública y protestas frente al tribunal, con acusaciones de complicidad dirigidas al Colegio de Médicos. Le Scouarnec, por su parte, ha confesado haber cometido "actos odiosos" y ha reconocido el sufrimiento irreparable causado a sus víctimas.